Se ha publicado en el British Medical Journal (BMJ) un artículo de David Spiegelhalter, profesor de estadística de la Universidad de Cambridge titulado “Using speed of ageing and “microlives” to communicate the effects of lifetime habits and environment” que ha tenido un amplio eco en la prensa en estos días.
En este artículo traslada los conceptos epidemiológicos habituales utilizados en la literatura médica a un concepto más sencillo para permitir la comunicación con los pacientes y transmitir el impacto que los hábitos de la vida diaria tiene sobre la expectativa de vida. De este modo, transforma los hazard ratio (cocientes de riesgo) de varios estudios epidemiológicos en otra unidad, llamada microlive, que equivale a 30 minutos de ganancia o pérdida de expectativa de vida por encima de los 35 años.
Las actividades que producen una ganancia de microlive (30 minutos) por día son:
– Tomar una bebida de alcohol (10 gramos) al día (1 microlive por día en hombres y mujeres)
– 20 minutos de ejercicio moderado al día (2 microlives por día en hombres y mujeres)
– Dieta que incluya fruta fresca y vegetales diariamente (4 microlives por día en hombres y mujeres)
– Ser mujer (4 microlive al día) frente a ser hombre
– Sueco (21 microlive al día) frente a ser Ruso
– Vivir en 2010 (15 microlive por día) frente a vivir en 1910
– 2-3 tazas de café (1 microlive por día en hombres y mujeres)
– Toma de estatinas (1 microlive por día en hombres y mujeres)
Las actividades que se asocian a pérdida de microlive (30 minutos) por día son:
– Fumar entre 15-24 cigarros al día (10 microlives por día en hombres; 9 microlives, en mujeres)
– Por cada unidad de bebida extra (½ microlive en hombres y mujeres)
– Comer una porción extra (85 gramos) de carne roja (1 microlive en hombres y mujeres)
– Tener un sobrepeso de 5 kilos (1 microlive por día en hombres y mujeres)
– Por cada 5 unidades de índice de masa corporal por encima de 22.5 (1 microlive por día en hombres y mujeres)
– Ver la televisión dos horas al día (1 microlive por día en hombres y mujeres)
Aunque tiene bastantes limitaciones según reconoce el autor al final del artículo, los propios de los estudios epidemiológicos, el hecho de que no se tiene en cuenta la calidad de vida, que necesariamente la causa de lugar al efecto… puede ser útil para comunicar a los pacientes el impacto de estos hábitos de vida.