Síndrome de Dolor Regional Complejo

El pasado día 3 y 4 de noviembre se celebraron las Jornadas Intermutuales sobre el Dolor en la Universidad de Deusto (Bilbao) a las que fui invitado como ponente para hablar sobre la Termografía cutánea en el diagnóstico del Síndrome Doloroso Regional Complejo en relación a un artículo publicado que podéis consultar aquí que publicamos recientemente. En dicho artículo utilizábamos la termografía cutánea por infrarrojos para el diagnóstico del SDRC y clasificación en relación con los diferentes estadios evolutivos descritos en la enfermedad. La termografía cutánea detecta la radiación infrarroja emitida por la superficie cutánea y lo transforma en una cartografía de pseudocolores. Se puede obtener una imagen estática de una extremidad y compararla con la extremidad contralateral y también realizar una termografía de stress, por ejemplo, sumergir la extremidad en agua fría y observar el calentamiento (es lo que se denomina el Cold Stress Test).

Aunque es muy difícil dar una definición precisa, con el riesgo de cometer algunas imprecisiones, desde el punto de vista neurológico el Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC)  se puede definir como un afección neurológica dolorosa que se caracteriza por la presencia de disfunción del sistema nervioso autónomo, cambios inflamatorios persistentes regionales, disfunción inmune y autoinmune y síntomas localizados que no siguen la distribución de los dermatomas. Se refiere a un un dolor crónico que habitualmente afecta a regiones distales de las extremidades caracterizado por dolor, hinchazón, limitación de la movilidad, cambios vasomotores, alteraciones cutáneas y desmineralización ósea. Es un diagnóstico clínico basado en unos criterios de consenso. Este síndrome doloroso en cerca del 90 % se desencadena tras un traumatismo, fractura, intervención quirúrgica, esguince... y en torno al 10 % de los casos no se identifica una causa desencadenante.

El SDRC se considera que es una patología infradiagnosticada por el desconocimiento del mismo y por la dificultad del diagnóstico. Poseer herramientas objetivas que puedan proporcionar un diagnóstico precoz es fundamental para iniciar el tratamiento cuanto antes.

Los criterios clínicos de diagnóstico más utilizados son los criterios de Budapest que se describen más abajo y que definen los síntomas de la enfermedad. Este síndrome a lo largo del tiempo se ha denominado de formas diferentes: «causalgia», «distrofia simpático refleja», «atrofia de Sudek», entre otras.

En 1994 la Asociación Internacional para el estudio del Dolor (IASP) definió el síndrome de dolor regional complejo. Se dividió en tipo I y tipo II. El tipo I se refería a lo que se conocía como distrofia simpático refleja y el tipo II a lo que se definía como causalgia. En el tipo I no se identifica una lesión nerviosa y en el tipo II se identifica una lesión nerviosa. Aunque esta es la forma de división entre I y II no se especifica que pruebas son necesarias realizar o no para hacer esta distinción.

Criterios  de Budapest

  • Dolor continuo, el cual es desproporcionado respecto al evento inicial.

  • Para el diagnóstico de CRPS, el paciente debe referir al menos un síntoma en tres de las cuatro categorías siguientes (los criterios más estrictos requieren al menos un síntoma de las cuatro categorías):

1. Sensitivo: Hiperestesia y/o alodinia

2. Vasomotor: asimetría de temperatura y/o cambios de color de la piel y/o asimetría del color de la piel

3. Sudomotor/edema: edema y/o cambios de la sudación o asimetría de la sudación.

4. Motor/atrofico: diminución del rango de movimiento y/o alteración motora (debilidad, temblor, distonía) y/o cambios trófico (pelo, uñas,piel)

  • Para el diagnóstico clínico de CRPS, el paciente debe presentar al menos un signo en el momento de la evaluación en dos de las cuatro siguientes categorías (los criterios más estrictos requieren al menos un síntoma de las cuatro categorías):

1. Sensitivo: evidencia de hiperalgesia (al pinchazo) y/o allodinia(al tacto ligero y/o a la temperatura y/o la presión profunda y/o movimiento articular)

2. Vasomotor: evidencia de asimetría de la temperatura (>1°C) y/o cambios de temperatura de la piel y/o asimetría

3. Sudomotor /edema: evidencia de edema e hinchazón o asimetría por edema

4. Motor/trófico: evidencia de disminución del rango de movimiento y/o alteración motora (debilidad, temblor, distonía) y/o alteraciones tróficas (piel, uñas, pelo)

  • No hay otro diagnóstico que mayor explique los signos y síntomas.

El SDRC es un trastorno complejo y multifactorial, y su diagnóstico y manejo deben ser realizados por profesionales de la salud especializados en el tratamiento del dolor crónico y los trastornos del sistema nervioso. El tratamiento suele ser multidisciplinario e incluir enfoques farmacológicos, terapias físicas, psicoterapia y, en algunos casos, procedimientos intervencionistas.

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Acerca de Tomás Pérez Concha

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco. Especialista en Neurología vía MIR. Máster en Medicina Evaluadora y Peritaje médico por la Universitat de Barcelona. Capacitación técnica específica en Neurosonología por la Sociedad Española de Neurología.
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